Presentación

La esclerosis múltiple (EM) es una de las patologías más comunes del sistema nervioso central (SNC). Es una enfermedad crónica neurodegenerativa que afecta principalmente a jóvenes entre 20-40 años y en una proporción de 3:1 de mujeres frente a hombres. Aunque su etiología es desconocida, hay diversos factores que aumentan la predisposición de adquirirla como la susceptibilidad genética o la influencia medio ambiental, tales como la deficiencia de la vitamina D, la exposición al humo del tabaco, la obesidad, la microbiota y el consumo excesivo de sal.

Esta patología manifiesta diversos signos y síntomas en función de la localización del SNC que se encuentre afectada, destacando trastornos visuales, motores o sensitivos, entre otros. Se distinguen diferentes tipos de EM: EM recidivante-remitente (85% de los casos), EM secundaria progresiva (SP), EM primaria progresiva (PP). El diagnóstico de la EM es fundamentalmente clínico apoyándose en pruebas complementarias como el análisis del líquido cefalorraquídeo, la RMN y los potenciales evocados.

Aunque a día de hoy es una enfermedad que no tiene cura, se disponen de diferentes tratamientos cuya finalidad es la ralentización de la evolución de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Entre las competencias del profesional de enfermería en su práctica clínica diaria se encuentra la de realizar la educación y seguimiento apropiados en función de los tratamientos modificadores del curso de la enfermedad implantados, así como proporcionar cuidados enfocados a los propios déficits causados por la EM, por lo que se hace necesario una formación específica de este profesional con el objetivo claro de ofrecer una atención integral de excelencia.